¿Sabes que? Desde el día que nos conocimos nunca pesé que podría tener a alguien a mi lado por el cual sonreír todos los días, al que le debo cada una de mis miles de carcajadas, el único motivo de mi felicidad. Tenía tantas ganas de entregarte el mundo.. Sinceramente no sabía ni lo que decía ni lo que hacía, el caso es que dicen que las verdades dueles, pero yo no sabia que doliesen tanto.

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