Y es ahí cuando toda la verdad queda al puto descubierto.Cuándo comprendes que todo tiene un principio, y también un final, que nada es eterno.Que nada va a estar allí eternamente, sólo nosotros mismos somos nuestros propios compañeros de viaje mas fieles.
Todo fluye, nada permanece.
Y te das cuenta que ni si quiera el amor es eterno. Que ni si quiera tus padres se quieren como el primer día, que han caído en una estúpida y monótona rutina. Porque las historias de amor no duran mas de siete años, y la crisis comienza ya en el sexto, cuando sientes que algo se ha esfumado, que la magia a desaparecido. Y sólo encuentras dos soluciones, o destruir aquello que ha costado construir, o esperar a que llegue una mano invisible y te devuelva la ilusión. Esa misma ilusión que hacia que sintieses las dichosas y famosas mariposas en el estómago cuando te acordabas de él, o de ella.
Y sientes que todo es mentira, que no merece la pena vivir, porque todo es una mentira, y de todo tiene la culpa el tiempo.
Te acuerdas de aquella historia que te contó tu amiga de que su novio le habia jurado amor eterno, que le había llevado un ramo de rosas rojas, y que jamás habia sentido nada igual por alguien…y también te acuerdas de el dia en el que te llamo llorando, porque el maravilloso cuento había terminado.
Y te paras a pensar, y llegas a la conclusión de que quizá la soledad no sea tan mala,porque llegados a este punto, tu misma, eres la única que no te vas a fallar nunca.
Quizá sea mejor querer a alguien en secreto, sentir esas putas mariposas cada vez que lo ves, o la ves…quizá sea mejor que nunca encuentres el verdadero amor, quizá sea mejor no poner ninguna fecha de ningun tipo, porque siempre que le ponemos una fecha y una etiqueta al amor, olvidamos que también llegará un día que tenga su propia fecha de caducidad.Y es entonces cuando deseas que nadie se enamoré de ti, cuando no quieres que suceda ninguna historia entre tú y otra persona.Decides llamarlo amigo.
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